miércoles, 4 de julio de 2007

Del Dolor y La Fuerza


Ya no encuentro inspiración en ningún lado, en nadie, ni siquiera en mis tristezas pasadas, aquellas que hasta hace muy poco fuesen el foco de la mayoría de mis escritos. La soledad no me asusta, tampoco me divierte, ya no me inspira. Es difícil mirar a tu alrededor y darte cuenta que no tienes por quien luchar, no tienes quien te invite a la batalla, no tienes una causa por la cual entregarte, no tienes una persona a quien defender.
Hace poco escribía lo siguiente en un trozo roto de papel cualquiera:


Cuando sientas que te asfixias,no desesperes ni sucumbas al andar.El futuro se construye a cada pasoy por el debes luchar.
La batalla siempre es cruentay la fuerza te parece abandonar.Pero vive cada díay no permitas que el dolorsea el verdugo de tu libertad


Y ahora no sé si es dolor aquello que siento o si tal vez me abandonó el sentir. El dolor nos invita a luchar, fortalece nuestro carácter y nos da una vida para cambiar, para olvidarnos de las heridas, para limpiarlas aunque no sanen. Pero si lo ignoras o te acostumbras a vivir con él, hace que se pierda el sentido del existir, hace que optemos por esas posibilidades mas sencillas de alcanzar, no aquellas que elegimos a voluntad y con pasión, sino aquellas que se nos cruzan en el camino. Simplemente te dejas llevar por esa fuerza que no lucha por arrastrarte, por esa tenue corriente a la cual te entregas para que decida por ti. Te entregas al Destino sin luchar por forjarlo a tu manera, te dejas vencer sin empuñar tu espada, y es que las ganas de luchar te abandonaron hace tiempo, tu vida se escapa sin que te importe, te conviertes en un esclavo más de las circunstancias.
… [Silencio]…
¡Abre los ojos! La vida no es para dejarla pasar… la vida es para vivirla, para afrontarla y lucharla. No te dejes vencer sin pelear y si en el camino has de caer, lo cual tarde o temprano sucederá, levántate mil veces y vuelve a luchar, esa vida te pertenece, tu la forjas a tu manera y eres quien decide el nuevo paso a dar, la nueva ruta a seguir. Las personas vienen y se van, solo quedas tú. El dolor es un compañero mas en este viaje, uno que te recuerda constantemente lo dulce de la victoria, uno al que debes vencer, pero no esperando extinguir su fuego para siempre, sino al que deberás derrotar para sentir nuevamente la fuerza en tus manos.
Despierta, mira a tu alrededor, no temas a lo que se oculta en las sombras, no escapes a lo desconocido, afronta con valentía cada reto y cada día busca nuevos desafíos que te ayuden a avanzar en pos de la llama eterna, la llama de tus sueños, aquella llama que brilla en tu interior y te hace sentir vivo. Aquella que por mas tenue que se encuentre, no se extinguirá mientras sigas respirando, aquella misma que brillará mas allá de tu ser cuando alcances cada una de las metas que te propones… aquella que te hará sonreír y darte cuenta que en verdad existes.


Janus Lamderth-Diego Cardona

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