lunes, 1 de septiembre de 2008

A--PARTE


(La maquina la hace el hombre y es lo que el hombre hace con ella)

Jorge Drexler(Mi guitarra y Vos)



Hay tantas cosas que quisiera decir, pero solo unas cuantas se atoran en la garganta; unas cuantas ebullen en el pecho

cosas agnósticas de carácter insípido para quienes niegan el silencio como posibilidad de ser águilas y escogen enviudar con el veneno en la ponzoña...

A estas alturas pasan por alto la creación, la creatividad y el hecho de estar juntos en esas esferas utópicas de la humanidad. Esto es un reclamo valido para la serpiente, para la avispa y la abeja que ahora llega al panal. En esta instancia los miedos se los traga la decepción y se vapulean los aventureros; se esconden las musas traicioneras volviéndose inspiración para otros o su más anhelado consuelo. Deseo que el sueño colectivo no se hunda en la miseria de las pasiones oscuras, pretendo que transcienda a una ave superior pero no altiva que vuele por lo alto pero alcanzando el vuelo con los pies en la tierra como su mayor polo.

La acción mutilada que emprendo nunca se entienda por incapacidad individual sino por la decepción colectiva que no posee la capacidad de superar el orgullo y se eleva al aplauso, convive del elogio ignorante o desinformado; dioses que se alaban a distancia y dioses que creen en esas loables frases "de sigan adelante" o que creen que el desprecio es la mayor prueba de que se es grande y se esta del lado correcto. No alimentemos de esos vicios mañosos un sueño, no utilicemos los talentos para armar rompecabezas sino compartimos y apreciamos a quien los tiene; es en vano hacerse cargo de los hombres que no queremos con sinceridad, es mejor abandonarlos, y agradezco por ello en especial a alguien...

ahora vuelvo a leer y se puede pensar que me abandono de los que no quiero hacerme cargo y de pronto sí, pero creo más que me voy pero no abandono un sueño colectivo; lo único que dejo es mi familia de la que ustedes hacen parte y espero que lo sigan siendo.

Una última cosa por decir no es un final irreconciliable es un verbo rejuvenecido que es flexible y cambiante en el mejor de los sentidos, esta filosofía fósil algún día cobrará movimiento propio y se ira como bola de nieve con el pequeño grito en el silencio que lance un verdadero sueño hecho colectivo, hecho "hecho" o acontecimiento que retumbe en los corazones de quienes pretendan conocernos.

No hay comentarios.:

Lamparum

Lamparum
Maparum