Pan Y Circo a lo Joven

De vez en cuando, se hace interminable la vida; uno se siente viejo y la terquedad se impregna en los huesos, la sabiduría se convierte en un inminente capricho y las soledades se amontonan en un armario que huele a difunto…
A estas edades tan hostiles, tan vejaminosas, suelen llegar ideas fútiles de cambio y revolución
Parecerse a los grandes movilizadores de la historia ya no es una opción, es una simple cursilería que te deja fuera del sistema.
El lenguaje se vuelve agrio y adormecedor y las ideas se confunden con peroratas de jubilados.
Nos pensionaron las ideas y llego la concreción mediática de las frases “cortas y concisas” y las nuestras obcisas.

Defender las ideas y las posturas del ser humano, cualquiera que este sea, no es hoy el interés, al parecer, de la mayoría de jóvenes- por no decir todos, puesto que me incluiría en esta lista- siendo esto verdaderamente triste y aterrador; como dejamos que la vitalidad de un mundo, con tantos años y cicatrices, tantas injusticias, violentas y periódicas tragedias a los derechos humanos que históricamente nos han atravesado, dejando huellas en nuestra forma de sentir, pensar y actuar cotidianamente, se adormezca de tal manera. Hoy en estos tiempos de descaro fascista, de impunidad al viento, de corrupción a vista y complacencia de todos y todas; es demasiado triste asistir a eventos en los cuales se reparte a diestra y siniestra (derechas e izquierdas) “Pan y Circo” disfrazándolos descaradamente de “encuentros” e “intercambios” culturales, y que los jóvenes “líderes” vallecaucanos traídos desde diferentes municipios a participar- entendiendo participación: como el acto inerte de deleitar lo ofrecido- en un encuentro de juventudes para socializar y discutir las políticas públicas juveniles del Valle del Cauca, en el cual la presencia del gobernador era la gran expectativa de este deprimente espectáculo “cultural”, que fue en últimas en lo que se convirtió; un deprimente acto público, para hacer evidente los últimos aportes de la gobernación hacía el desarrollo de la juventud y la cultura. Despierta curiosidad que líderes juveniles de varios municipios del valle del Uno (vallunos todos) no se hayan pronunciado y no sean capaces ni, por lo menos, de exigir la presencia del señor gobernador, quien descaradamente mando a un grupo de recreasonsitos a animar a los mocosos que se gozaron el evento e intercambiaron números de celulares en vez de intercambiar ideas, que conlleven a una apuesta por acciones y exigencias de la política pública departamental por y para los jóvenes vallunos. Se hace confuso pero evidente que los jóvenes de Tuluá, hayan gozado de lo lindo al punto de terminar este festejo-¿de la derrota y el menosprecio del liderazgo juvenil?- con un merecido baile en la tarima, guarecida del torrencial aguacero por las carpas de este buenísimo montaje circense.

Gracias por invitarnos, a nuestro pesar…