Caminar las calles del centro de ésta anacrónica y delirante ciudad, me pone a pensar en medio del miedo que se causa cuando hacen intervenciones estructurales y vulneran los nichos "del peligro", como en el barrio Santa Isabel en la Capital y como en este corredor que es tan inentendido como su nombre: El Chino ( ¿por qué será que no se entiende?); se acostumbró a mal copiar modelos y eso se vuelve tema de discusión permanente entre lo que pienso en mi pequeño formato de construcción y la "dinámica" que se pretende en las carreras del crecer. Por eso ayer cuando caminaba el centro a pesar de las buenas luminarias amarillas se veía una ciudad oscura triste y con olor amarillo pegante, todos, muy parecidos a las arcas de la inversión comercial y políticas, pidiendo ayudas "solidarias" para estar... entonces mi cuestión se hizo más grave, por qué estamos atados dos pasos adelante y amarrados por los pesos de atrás?... cómo seguir apostando a ese sueño? .(desde las viejas máquinas de escribir)
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