martes, 8 de mayo de 2007

Saborea La Poexia



Elogio de los alucinógenos

Del hongo stropharia y su herida mortal derivó mi alma una locura alucinada de entregarle a mis palabras de siempre todo el sentido decisivo de la plena vida Decir mi soledad y sus motivos sin amargura Acercarme a esa mula vieja de mi angustia y sacarle de la boca todo el fervor posible toda su babaza y estrangularla lenta con poemas anudados por la desolación De la interminable edad adolescente otorgada por la cannabis sativa diré un elogio diferente Su mal es menos bello Pero hay imágenes en mi escritura que volvieron gracias a su embrujo enfermizo Ciertos amores regresaron investidos de fulgor eterno Algunos pasajes de mi niñez volcaron su intacta lumbre en el papel Desengaños de siempre me mostraron sus ví:sceras Hay quien confía para la vida en el arte en la frialdad inteligente de sus razonamientos Yo voy de lágrima en lágrima prosternado Acumulando sílabas dolorosas que no nieguen la risa Que la reafirmen en su cierta posibilidad de descanso del alma No de su letargo Voy de hospital en cárcel en conocidos inhóspitos como ellos Almas con cara de hipodérmica y lecho de caridad Entregándole mi compañía a cambio de un hueso infame de alimento Toda esa gran vida a los alucinógenos debo La delicadeza de un alma no está casi en los que se apropia Sino en el desprecio de ese estorbo sangriento cual banquete de Tiestes que la opulencia inconsciente ofrece vana y fútil

Raúl Gómez Jattin

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